El nearshoring está transformando la industria de manufactura en México, ofreciendo una cadena de producción más corta y eficiente, pero enfrentando retos clave como los costos energéticos.
En los últimos años, el nearshoring en México ha ganado protagonismo como una estrategia clave para las empresas que buscan optimizar sus cadenas de suministro en Norteamérica y América Latina. Este enfoque, que consiste en trasladar la producción de bienes a países cercanos a los principales mercados de consumo, ha consolidado a México como un destino clave para la manufactura global. Sin embargo, el auge del nearshoring trae consigo un desafío clave: los costos energéticos y la necesidad de un suministro confiable y sostenible.
La manufactura del futuro deberá ser más ágil en logística y más eficiente en su consumo energético. A lo largo de este artículo, exploraremos cómo el nearshoring está transformando el panorama energético en México y cómo las empresas deben adaptarse para enfrentar estos desafíos.
El nearshoring se refiere a la práctica de relocalizar las operaciones de manufactura en países más cercanos a los mercados de destino, reduciendo así los costos logísticos, el tiempo de entrega y el riesgo de interrupciones.
Aunque es una estrategia corporativa muy extendida, en el caso particular de México, el nearshoring ha sido impulsado en décadas recientes por factores como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), la proximidad geográfica con Estados Unidos y la mano de obra calificada a costos competitivos.
En 2023, México se posicionó como uno de los principales destinos para la inversión extranjera directa, recibiendo más de 32 mil millones de dólares, de los cuales el 53% se concentró en zonas fronterizas, muchas de las cuales se han consolidado como un hub manufacturero en América del Norte. De hecho, según el "World Investment Report 2024", México es el noveno país con mayor inversión extranjera a nivel mundial.
Uno de los principales desafíos del nearshoring en México es el aumento de los costos energéticos en la manufactura. La capacidad energética del país, especialmente en las zonas donde se concentra la actividad industrial, sigue siendo limitada. Según estudios recientes, la infraestructura energética actual podría ser insuficiente para abastecer las grandes operaciones industriales que requieren un suministro eléctrico confiable.
El aumento de la demanda energética ha puesto presión sobre la red eléctrica del país. Las empresas manufactureras que se relocalizan en México deben adoptar soluciones energéticas eficientes y sostenibles para mantener su competitividad. En este sentido, la inversión en energías renovables es una estrategia clave para reducir costos energéticos y asegurar un suministro estable a largo plazo.
El nearshoring no solo busca reducir la distancia entre la producción y los mercados de consumo, sino también mejorar la eficiencia operativa y reducir costos. Un estudio de KPMG entre líderes de la manufactura en distintos sectores reveló que el 48% de las empresas consultadas identifica la eficiencia logística y de servicios como uno de los grandes desafíos, y el 74% ya está implementando estrategias para reducir costos.
En este contexto, la optimización del uso de energía en la industria de manufactura es esencial. Las empresas deben adoptar tecnologías que optimicen el consumo energético y hagan la cadena de producción más ágil y eficiente. Esto implica la adopción de la automatización, la digitalización y las energías limpias para garantizar que el aumento de la producción no derive en un alza exponencial de los costos energéticos, lo que reduciría la rentabilidad al nearshoring en México.
El nearshoring exige a las empresas cumplir con estándares ambientales cada vez más estrictos. La necesidad de reducir la huella de carbono y cumplir con los compromisos de responsabilidad social ha impulsado la inversión en energías renovables. El reporte de KPMG señala que el 52% de las empresas planean invertir en energías limpias en los próximos tres años, y el 40% está comprometido a reducir sus emisiones.
México tiene un enorme potencial en energía solar y eólica, lo que lo posiciona como un destino clave para su desarrollo. Al integrar energías renovables, las empresas reducen su impacto ambiental, pero también disminuyen su dependencia de combustibles fósiles, que suelen tener precios volátiles. Por ello, la transición hacia energías más limpias no solo responde a exigencias regulatorias, sino que representa una ventaja competitiva al ofrecer costos energéticos más estables y amortizados a largo plazo.
El auge del nearshoring ha evidenciado la relación clave entre infraestructura energética y el éxito de la manufactura. México ha traído la inversión global gracias a su ubicación estratégica y el T-MEC. Para sostener esta tendencia, debe fortalecer su red energética.
El suministro de energía confiable y sostenible será un factor clave para que México continúe atrayendo inversiones en el marco del nearshoring. México proyecta alcanzar la autosuficiencia energética en diésel y turbosina para finales del 2024, un paso en la dirección correcta. Sin embargo, será crucial aumentar la generación de energías renovables para abastecer la creciente demanda industrial.
La inversión en energía solar y eólica permitirá una producción más limpia y fortalecerá la capacidad de México para mantenerse competitivo frente a otras economías emergentes. En un mercado global donde la sostenibilidad gana relevancia, las empresas que se instalen en México y adopten energías renovables estarán mejor posicionadas para cumplir con estándares ambientales y reducir costos.
En este contexto de transformación, Enel Energía México somos un aliado clave para las empresas que buscan aprovechar el nearshoring y afrontar con éxito los retos energéticos del futuro. Ofrecemos soluciones a medida para que las empresas manufactureras crezcan de forma competitiva y sostenible, reduciendo costos y optimizando su eficiencia operativa.
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