Energía: un reto clave para la industria automotriz en México

La energía en México es una piedra angular del sector automotriz, que a su vez es crítico para la economía nacional.

Industria automotriz en México y energia

La industria automotriz en México es un pilar de la economía nacional durante décadas, a consolidado al país como uno de los principales productores de vehículos a nivel mundial. Solo en 2024, México produjo más de 2.3 millones de unidades en los primeros siete meses del año y exportó casi 2 millones de vehículos, en su mayoría a Estados Unidos. Además, de acuerdo con el estudio “Industria de manufactura en México 2024” de KPMG, 78% de los líderes empresariales considera que el sector automotor continuará expandiéndose rápidamente en 2025. 

 

Este panorama resalta la importancia de la industria automotriz mexicana en la cadena de suministro global de este sector. Sin embargo, la situación energética actual y futura de de México representa una preocupación central para su competitividad.

 

Uno de los desafíos más importantes que enfrenta la industria es la transición hacia fuentes de energía más viables, específicamente hacia fuentes más limpias y sostenibles, y el desarrollo de infraestructura adecuada para soportar el crecimiento de la movilidad eléctrica. A medida que la industria busca adaptarse a las nuevas tecnologías y reducir sus emisiones de carbono, la disponibilidad de energía confiable y renovable se convierte en un factor determinante para las inversiones. 

La importancia de la industria automotriz en México

En 2023, la industria automotriz recibió 7,159 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), equivalente al 19.9% del total del país. Además de la producción de vehículos, México se ha destacado como líder en la fabricación de autopartes, alcanzando cifras récord. Empresas como Ford, General Motors y BMW han establecido operaciones de fabricación en el país, aprovechando su proximidad a Estados Unidos, costos laborales competitivos y acuerdos comerciales favorables. Actualmente, México alberga 20 plantas de vehículos, 10 de motores y 7 de transmisiones, operadas por fabricantes de diversas regiones. 

 

La industria automotriz representa casi el 4% del PIB total del país y el 20.5% del PIB manufacturero, empleando a más de 900,000 personas directamente y generando millones de empleos indirectos. México se ha consolidado como el séptimo mayor productor de vehículos del mundo y el líder en América Latina. La mayoría de las exportaciones automotrices se dirigen a Estados Unidos y Canadá (88.8%) y a Alemania (3%), que en conjunto representan el 91.8% del total de exportaciones del sector.

Energía y competitividad en la industria automotriz en México

El uso de energía en la industria automotriz representa un porcentaje significativo del consumo energético. De acuerdo con el Sistema de Información Energética (SINER), la industria automotriz en México consume alrededor del 2% de la energía eléctrica total del país. Para 2036, se proyecta que este consumo alcanzará los 13,283 GWh, representando un 2.8% del consumo neto de la república. Este crecimiento es alentador, pero viene acompañado de una necesidad urgente de mejorar la eficiencia energética en la industria y adoptar fuentes de energía que reduzcan el impacto ambiental. 

 

Gran parte del consumo de energía se concentra en los procesos de ensamblaje de vehículos, desde el armado del chasis hasta la carrocería, así como en los procesos de temperatura, como la aplicación y secado de pintura, fundición y tratamientos térmicos. Optimizar estos procesos y hacerlos más eficientes es una de las principales estrategias para que la industria automotriz mexicana siga siendo competitiva a nivel global.

 

Retos energéticos en el sector automotor: la electrificación

Uno de los mayores desafíos energéticos en la manufactura automotriz es la transición hacia la electrificación. A nivel mundial, la industria se está moviendo hacia la producción de vehículos eléctricos e híbridos, lo que requiere una infraestructura de carga robusta y la capacidad de generar y suministrar energía de manera eficiente.

 

A esto se suma el desafío de adaptar las plantas de producción para fabricar vehículos eléctricos. La producción de baterías, por ejemplo, demanda grandes cantidades de energía, lo que incrementa la importancia de garantizar que esta energía provenga de fuentes limpias y renovables. En este sentido, la adopción de tecnologías como la energía solar y eólica puede ayudar a las plantas a reducir su huella de carbono.

 

En México, la inversión en infraestructura para vehículos eléctricos es uno de los temas que más necesita acelerarse para que la industria pueda avanzar hacia la electrificación de forma competitiva en comparación con otras potencias productoras.

 

Según un informe de Greenpeace, la industria automotriz es responsable del 18% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, considerando el ciclo de vida completo de los vehículos, desde la extracción de materiales hasta su disposición final. Las emisiones se distribuyen en un 10% durante la fabricación, 85% en su uso y 5% en su desecho.

 

Aunque los autos eléctricos generan “cero emisiones” durante su uso, su fabricación actual resulta más contaminante que la de los vehículos convencionales. La producción de un automóvil de gasolina emite 5.6 toneladas de CO2, mientras que la de un auto eléctrico genera 8.8 toneladas, siendo la batería responsable del 43% de estas emisiones. Además, el impacto real de los autos eléctricos durante la carga de sus baterías depende completamente de la fuente de energía utilizada.

 

Regulaciones y políticas energéticas en México

La certeza jurídica es un factor clave para promover tanto la inversión en energías renovables como el desarrollo de la infraestructura energética. Actualmente, varias regulaciones y políticas energéticas en México están en proceso de reestructuración. Sin embargo, se espera que grandes proyectos relacionados con la energía limpia, de los cuales la industria automotriz podría beneficiarse considerablemente, se materialicen en este periodo como resultado de mejores políticas en energías verdes por parte del gobierno.  

 

Es importante destacar que este no solo es un tema relacionado con las políticas públicas: las marcas automotrices globales que operan en México tienen compromisos claros de descarbonización, como garantizar que al menos el 30% de la energía que utilizan provenga de fuentes renovables. 

 

A medida que México busca seguir siendo un destino atractivo para la inversión extranjera en la industria automotriz, será fundamental que se adopten políticas que fomenten la inversión en infraestructura energética y promuevan el uso de energías renovables. La estabilidad en la regulación energética permitirá a las empresas planificar a largo plazo y avanzar hacia una producción más limpia.

Nearshoring y los desafíos energéticos

El fenómeno del nearshoring, que implica la relocalización de operaciones de empresas extranjeras más cerca de sus mercados de consumo, ha traído nuevas oportunidades para México. Sin embargo, uno de los principales desafíos para atraer más inversiones es la disponibilidad de energía suficiente y competitiva, especialmente en términos de infraestructura.

 

Para que México capitalice el nearshoring y continúe siendo un destino atractivo para la industria automotriz, el país debe garantizar un suministro energético confiable para las empresas. La capacidad de ofrecer energía más limpia a un costo competitivo será determinante para que las empresas extranjeras sigan invirtiendo en México y y el país mejore su posición global como productor.

Enel Energía México: energía confiable para el sector automotriz

Este escenario de transformación energética está lleno de oportunidades, y en Enel Energía México estamos preparados para ofrecer soluciones energéticas confiables y sostenibles que apoyen a la industria automotriz en su transición hacia una mayor competitividad internacional, la electromovilidad y la descarbonización.

 

Contamos con una amplia gama de servicios integrales especialmente diseñados para los grandes consumidores de energía, que pueden ayudar a las empresas automotrices a reducir su huella de carbono y mejorar su eficiencia energética.